La arquitectura suspendida de Antonio Lamela

Silvia Pujalte Toledo
27. August 2017
Torres Colón durante su construcción en los años setenta | Cortesía Estudio Lamela

Ahora el Estudio Lamela ha querido homenajear a su fundador con un libro y el documental “Torres Colón: La arquitectura suspendida de Antonio Lamela”.

Screenshot del documental “Torres Colón: La arquitectura suspendida de Antonio Lamela”

El título del documental, del realizador Héctor Gómez Rioja, hace referencia al sistema constructivo que ideó Lamela con este proyecto. Las 23 plantas de las torres más seis de aparcamiento subterráneo fueron posibles en un solar de dimensiones muy reducidas gracias al principio de “la arquitectura suspendida”. En unas declaraciones al diario “El País” el arquitecto describía las torres como “dos raíces, dos troncos y dos frutos”. Para él, las raíces eran zapatas de hormigón hincadas a 17,95 metros bajo la plaza de Colón, con trece metros de largo por otros tantos de ancho. “Cada tronco”, contaba, “oculta un fino eje central de más de cien metros de estatura, de ellos 84,5 metros visibles. De sendos troncos, unidos por una montera metálica de color verde claro, que los madrileños llaman el sacapuntas o el enchufe, cuelgan “los frutos”.
 

Torres de Colón en su estado original | Fuente: Wikipedia

El film es en realidad un diálogo entre Carlos Lamela (Arquitecto), Javier Manterola (Ingeniero de Caminos, coautor de la estructura de Torres Colón) y Amador Lamela (Arquitecto, co-director de la obra de Torres Colón), donde hablan del arquitecto y su emblemática obra.
Las Torres Colón se empezaron a construir en 1967 como viviendas de lujo, tres años más tarde el Ayuntamiento paró las obras. En 1973 se reiniciaron las obras con el programa de oficinas y la obra finalizó en 1976. Hasta 1983 fueron la sede de la central de Rumasa, después pertenecieron al grupo Herón y desde 1995 son propiedad de la Mutua Madrileña.
 

Torres Colón tras su cambio de aspecto en los años 90 | Cortesía breathing architecture

Las torres cambiaron su aspecto cuando a principios de los años noventa hubo que incluir en la fachada una escalera de evacuación de incendios, para ello el arquitecto ideó una gran plataforma que escondió tras una cubierta de color verde en forma de enchufe, hoy en día este remate de color se ha convertido en uno de sus elementos más reconocibles.

Sin embargo, se ha hecho público que Lamela dejó un proyecto que recuperaría el diseño original del edificio madrileño sin el característico enchufe. El Ayuntamiento validó hace unos meses el proyecto en una consulta urbanística vinculante, aunque esto no significa que se vaya a ejectura. El futuro de esta singular obra está todavía por definir.


Documental completo bajo estas líneas.