¿Qué futuro tiene la Modelo?

Andrea Pala
6. junio 2018
Cárcel Modelo de Barcelona, galería n. 4. Exposición "La Modelo nos habla. 113 años, 13 historias", 2017. © Fotografía: Pepo Segura.

La segunda edición de la Semana de la Arquitectura de Barcelona, recién terminada, ha enfocado sus actividades en el tema de la rehabilitación y no es casualidad que haya elegido la Modelo como punto neurálgico para la manifestación. De esta manera, los ciudadanos han tenido la oportunidad de entrar en este espacio de gran impacto físico y emocional, y de conocer su proceso de transformación, todavía en fase de desarrollo.

No ha pasado mucho tiempo desde el cierre definitivo de la Modelo. El próximo 8 de junio se cumplirá un año desde que dejó de ser cárcel. Este ha sido un año caracterizado por iniciativas que han permitido mantener viva la atención en un lugar tan emblemático de la ciudad de Barcelona, evitando que pudiera ser eclipsado el proceso de su rehabilitación. El interés y la curiosidad de la gente se han podido ver desde el principio. De hecho, no había pasado un mes cuando volvieron a abrirse las puertas de la cárcel, esta vez para que las personas pudieran apreciar su valor arquitectónico e histórico. Durante cinco meses permaneció abierta al público cada día, de 10 a 20 h, regulando las entradas a través de una previa inscripción gratuita. El éxito fue tan grande que las 64.000 entradas previstas se agotaron en un mes.

Cárcel Modelo de Barcelona, 2017. © Fotografía: Pepo Segura.
Cárcel Modelo de Barcelona, 2017. © Fotografía: Pepo Segura.

La cárcel Modelo fue inaugurada en 1904, después de 16 años que se tardó en construir. Nació con el objetivo de garantizar las condiciones adecuadas para favorecer el respecto y la reinserción de los reclusos. Como dicta su mismo nombre, debía servir de modelo a la reforma penitenciaria iniciada en esas fechas, que revindicaba el “humanismo cristiano” y denunciaba el “vergonzoso” estado de las cárceles españolas. Fue proyectada por los arquitectos Josep Domènech Estapà y Salvador Vinyals siguiendo los criterios de construcción establecidos por el sistema carcelario del siglo XVIII. La Cárcel está organizada según el diseño del panóptico: las celdas individuales se distribuyen en alas que confluyen en un espacio central, formando una estrella. Esta forma permite una vigilancia permanente sobre todas las gallerías desde el epicentro, donde se ubica la torre de guardia y, además, permite que cada celda tenga luz natural. Este modelo fue ideado por el filósofo utilitarista británico Jeremy Benthan con el objetivo de inducir en el detenido un estado consciente y permanente de control, aunque él mismo no tenga constancia factual de ser vigilado.

Vista aérea de la Modelo. Fuente: Ayuntamiento de Barcelona.

Después de 113 años de historia el cierre de la Modelo es inevitable. El Centro penitenciario necesitaba una reforma urgente para sustituir las instalaciones obsoletas. Una inversión que, finalmente, fue considerada no conveniente, dada la edad del recinto. Ahora la cuestión es definir el futuro de este gran edificio que, a pesar de no tener un uso definido, sigue teniendo una fuerte identidad en el tejido urbano, ocupando un solar formado por dos manzanas del ensanche. Lo que es cierto es que la cárcel tiene un valor cultural, social y arquitectónico, y por esta razón en el año 2000 fue catalogada como patrimonio por la comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona. Se estableció un nivel de protección C, según la clasificación del Plan Especial del Patrimonio Arquitectónico, Histórico y Artístico de la ciudad de Barcelona, que reconoce al inmueble “valores históricos, artísticos, estéticos o tradicionales a considerar como relevantes por el sector urbano donde se emplazan”. Esto quiere decir que en el caso de futuras intervenciones habrá que tener en cuenta un planeamiento específico: “Mantenimiento del cuerpo poligonal central recuperando, si puede ser, sus elementos y espacios originales. Las características tipológicas generales de las seis galerías radiales. Su interior podrá ser modificado en el que sea necesario para adecuarlo a los nuevos usos a que se pueda destinar”.

Cárcel Modelo de Barcelona, 2017. Sala de vigilancia del panóptico. © Fotografía: Pepo Segura.

Actualmente está en marcha un proceso participativo para definir el futuro de la Modelo. Este proceso está siendo dinamizado por el colectivo de LaCol junto con Equal Saree, y prevé talleres dentro de la antigua prisión y varias actividades para llamar la ciudadanía a la participación. Recientemente se ha celebrado la cuarta y última sesión de la fase de debate ciudadano que ha proporcionado tres posibles escenarios para la Modelo. Las tres propuestas tienen en cuenta, como punto de partida, el resultado del proceso de redacción del Plan Director de Transformación de la Prisión Modelo de Barcelona de 2009, que destaca tres ámbitos de actuación: patrimonio y memoria, equipamientos y vivienda, verde y calle. La primera propuesta prioriza la preservación de la memoria histórica del edificio, dando protagonismo a la torre central del panóptico. La segunda opción se enfoca en el verde urbano con la posibilidad de ganar espacio para un mayor número de pisos de alquiler social. La tercera propuesta es la más flexible e intenta encontrar un equilibrio entre las zonas verdes y los equipamientos. El proceso participativo finalizará el mes de julio y es posible seguir el desarrollo en la web de Decidim Barcelona, donde se puede encontrar toda la información.

Tres posibles escenarios para la Modelo. Fuente: Ayuntamiento de Barcelona.

Mientras tanto, desde el mes de septiembre se ha abierto una nueva escuela infantil, Eixample 1, levantada temporalmente en barracones en los terrenos de la antigua cárcel, en la confluencia entre las calles de Rosselò y Entença. Aquí, en 2015, se celebró con un acto simbólico la demolición parcial de la Modelo que, finalmente, llevó al derribo de una pequeña instancia de la prisión, es decir 1.215 metros cuadrados de los 28.750 totales. Un primer paso hacia la rehabilitación.